Secuencia de disparo

SECUENCIA DE DISPARO PARTE 1

Por Oliver Reques Sánchez

Debemos pensar una cosa. Cuando hacemos un 10 sobre el blanco es simplemente el reflejo y el resultado de una secuencia de actos bien ejecutados en el instante de hacer el disparo desde nuestro puesto de tiro.

Un disparo es un conjunto de actuaciones todas controlables por el tirador, que han de ser individualizadas para poder entrenarlas de forma independiente unas de otras. De esta manera nos será más fácil identificar nuestros puntos fuertes por un lado y los que son susceptibles de mejora por otro. De forma que cuando unamos estas acciones que hemos estado practicando de una en una, nos quedará una secuencia de disparo perfecta.

El Tiro Deportivo es realmente un deporte de sensaciones. Cuando nos encontramos en nuestro puesto, con el arma apuntando hacia el blanco, lo único que vemos es un círculo negro a lo lejos. No vemos ni números ni líneas ni nada. Simplemente intuímos el centro de ese círculo, que es donde queremos dar.

Así que de esta manera, la rutina de cada disparo debe ser exactamente igual en todos y cada uno de los que llevemos a cabo.

Para lograr eso debemos sintetizar esa rutina en partes diferenciadas:

Posición
Alineación al blanco
Sujeción del arma
Alzado – Inspiración
Expiración – Entrada en zona
Centrado y enrase de miras
Posición del dedo índice sobre el disparador
Presión constante sobre el disparador
Seguimiento post-disparo o Follow Through

Dominar estas acciones es fundamental, y para entrenarlas y mejorar debemos escribir y tomar nota de qué hacemos y para qué lo hacemos. De manera que poco a poco vamos creando una base de datos personalizada con la que iremos trabajando y sabiendo si nuestro sistema de entreno es efectivo o debemos cambiar y probar de forma diferente.

Si nos concentramos en las preguntas:
¿Qué debo mejorar?
¿Cómo puedo mejorarlo?
¿Qué estoy haciendo bien?

Simplemente las respuestas a estas tres preguntas nos facilitarán la base para la elaboración de nuestro plan de entrenamiento.

Pero aún nos falta algo. Sí. Podemos dedicar tiempo a entrenar y mejorar nuestra técnica para dominar la secuencia del disparo. Pero ¿PARA QUÉ?

El entrenamiento sin motivación, francamente, no sirve de mucho. Podemos alcanzar un nivel técnico muy bueno y los fines de semana en la galería puede que hasta ganemos la primera ronda de la hora del vermú entre nuestro grupillo. Pero llegará un momento que nuestros entrenos se harán monótonos e incluso aburridos, y eso es preocupante porque del aburrimiento pasamos al abandono.

Así pues, si este deporte nos gusta de verdad debemos mantenernos motivados, tratando de mejorar constantemente estableciéndonos metas a nosotros mismos. Y ahí es donde entra la “DECLARACIÓN DE OBJETIVOS”.

Una declaración de objetivos es simplemente poner de manifiesto QUÉ queremos, CUANDO lo queremos y CÓMO lo queremos.

Por ejemplo, imaginemos que somos tiradores de tercera categoría y nos proponemos ascender a segunda. Para ello debemos hacer una tirada de ámbito autonómico, la cual sabemos que se llevará a cabo dentro de tres meses y además tendremos que hacer una puntuación mínima de 440 puntos (en la modalidad de Pistola Standard) para que nos concedan dicho ascenso.

Ahí ya tenemos el “qué” y el “cuando”, ahora nos falta definir el “cómo”.

Para ello, lo mejor es elaborar un plan de actuación y entrenamiento.

Dependiendo de en qué punto nos encontremos con nuestros resultados actuales y los puntos que necesitamos conseguir, así será el nivel de exigencia de nuestro plan.

Pero cuidado, a la hora de elaborar un programa para nuestras prácticas de tiro, debemos ser realistas. No hay que olvidar que todos tenemos nuestra familia, trabajo y compromisos sociales de toda índole. Habrá que pensar en cuanto tiempo tendremos disponible y ceñir el plan a esos periodos diarios o semanales. No importa que solamente sean unos minutos al día entrenando en seco en casa (hablaremos del entrenamiento en seco más adelante), lo importante es estar centrado en lo que haces en esos instantes y por supuesto, la constancia.

Empecemos por el principio

Algo que considero de máxima importancia y que por desgracia no es nada frecuente ver en las galerías de tiro entre los deportistas, es la de hacer ejercicios de calentamiento antes de iniciar el entrenamiento o competición.

Quizás por pereza o simplemente porque nos da vergüenza el que nos vean haciendo movimientos, estiramientos y flexiones en nuestro puesto de tiro antes de comenzar.

El deporte del tiro requiere una actividad física casi total de nuestro cuerpo para poder mantener una misma posición, de pie y durante un tiempo muy prolongado, manteniendo la estabilidad, con la máxima quietud y por supuesto aguantar el peso del arma con nuestro brazo tirador totalmente extendido.
Dedicar 10 minutos a realizar unos estiramientos y hacer repeticiones con una simple goma de entrenamiento para calentar los músculos de los hombros, brazos y espalda, aparte de desbloquear las articulaciones y aumentar el riego sanguíneo, nos ayudará a prevenir lesiones muy molestas como la epicondilitis. Y por supuesto, si nos acostumbramos a llevar una rutina de calentamiento antes de los entrenamientos, nuestra mente se prepara a su vez para llevar a cabo el ejercicio. Si cogéis ese hábito, os daréis cuenta que cuesta mucho menos “entrar en zona” cuando comencéis vuestras tandas.

Habiendo calentado y encontrándonos ya en el puesto de tiro, vamos a tomar el primer punto de nuestra secuencia de disparo.

1-POSICIÓN
La posición es el primer punto de la secuencia de disparo que define cómo debo mantenerme estable y consistente. Deberá ser natural, sin posturas forzadas. Una posición que nos permita aguantar ratos largos sin fatigarnos.

  1. Me mantengo de forma cómoda y natural. Con los pies separados a la
    anchura de los hombros aproximadamente y de perfil al blanco.
  2. La distribución del peso debe ser igual en cada pie (50/50) y ligeramente hacia adelante. Cargando un poco más (solo un poco) el peso sobre las punteras de los pies a la vez que giramos estas ligeramente hacia afuera para controlar el balanceo.
  3. Las rodillas no deben quedar bloqueadas hacia atrás, ni los muslos o las pantorrillas deben estar flexionados. Relaja las piernas de manera que sientas un poco de tensión muscular.
  4. La espalda y el cuello deben estar alineados y los hombros relajados. Mantengo la cabeza y el trono erguidos.
  5. La mano tiradora debe estar en el bolsillo. Así me garantizo que siempre estará colocada de la misma manera en cada disparo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*